miércoles, diciembre 16, 2009

CanSer

Hoy les voy hablar de mi Chica...

Se las presento a todos ahora que ya es tarde, ahora que me siento culpable por haberla desatendido durante casi ya nueve años. Se las presento porque hoy quiero pedirle disculpas por no sentarme junto a ella, por no pasear en el parque como lo haciámos cuando aún era pequeña, por no atender a su llanto cuando me escuchaba llegar.

Llegó a la hora de almuerzo cuando el sol entraba por la puerta y atravesaba las ventanas de la cocina. Sentados en la mesa junto a mi papá y mi hermano escuché el golpe de la puerta, salí a ver quién era y me encontré con Charly. Llegó con sus amigos en una camioneta y sin preguntarme nada me dijo: "Te he traido un regalo" - creo que sabía que Candy se perdió unos meses atras -
En la parte trasera estaba atada del cuello y con el rabo entre las patas un cachorro que, por el movimiento del vehículo había vomitado y algo más.

Abrió la camioneta, la puso en el piso e inmediatamente se metió por el pasillo y empezó a corretear.
Los amigos de Charly vivían en un depa y no había espacio para un perro que prometía crecer mas de lo normal. Parece una vaca le dije, sí - me dijo - es un Gran Danés y se llama Chica.

Curioso nombre pues tiene doble significado, el cachorro era hembra, tenía 4 meses y era bastante grande para decir que era chica. Desde aquel día y sin el consentimiento de mis padres ella se quedó para siempre.

Muchas veces escuché hablar de la "vida de perro" para referirse a la desgraciada vida que muchos canes llevan y del maltrato que reciben de sus dueños. No creo en lo abosulto haber sido un mal dueño, es cierto, no soy el mejor dueño, he tenido y tengo muchos errores. Siento que no soy tan responsable con ella como tengo que serlo. Pero en este último año he mejorado.
Su alimento ahora es balanceado, sus platos están limpios, tiene agua fresca, recibe cariño, no solo mio sino también de toda mi familia.

Ser Can - CanCer. Una mañana hace ya 4 meses estaba en el jardín bañandola e intentado que salgan la mayor cantidad de pulgas, ya que Marinés, mi hermana, que no solo es dulce en su carácter sino que además en su sangre, por lo menos tres veces a la semana se queja del ataque masivo e invasivo de pulgas que las encuentra por doquier. Mientras sobaba su vientre sentí una protuberancia, algo como el tamaño de un pequeño limón, imperceptible a la vista, aún.

Mi sospecha fue que podría ser un bola de grasa en el mejor de los casos y en el peor pues...

Ella aún es una señorita, nunca ha tenido familia pero si varios novios, recorrimos muchas veces la ciudad en busca de un buen semental para ella, pero la verdad es que estos machos no han servido para nada. Guardían fue el más viejo de todos, era un cascarrabia, así que le dijimos adios. Para el siguiente celo encontramos a Boltón un Danés panzón que solo logró aplastar a chica y en el segundo round estuvo al borde de un ataque cardiaco. Hablamos. El tercero y de quién se dice, fue el primero, se llamó Argos el perro de Karen. Dejamos a chica con él por 2 días. Yo estaba emocionado pues era la camada esperada.

Pasaban los días y ví como el cuerpo le cambió. Pasaron dos meses y no veía crecer su vientre, imaginé, no se porque, que el embarazo llegaría a su tercer mes. Nunca vi que la barriga cresca y decidí ir al veterinario a preguntar cuanto dura la gestación de un perro y me dijo que solo dos meses. Le pregunté si por ser perro de raza grande el tiempo era mayor. Me puso cara de fuera de aquí. Me sentí un tonto y me retiré. Chica nunca logró tener cachorros y yo estaba cansado de intentar.

Federico o Fede fue en los últimos años su novio oficial a pesar de nunca lograr nada. Le faltó "empuje" y con él vino la resignación final. Han pasado los años y Chica a envejecido.
Sigue esbelta con su cuerpo de soltera, pero con los años su salud inevitablemente se ha agrabado. El pequeño limón es ahora una naranja y ha comprometido todas las glandulas mamarias.

Tras recorrer varios veterinarios y ver los posibles tratamientos solo queda una salida. Es la segunda vez en mi vida que siento que el dinero es una mierda y no me ayuda en nada.

Aún me mueve la cola y salta en mi pecho para que la abrace, aún me mira con una expresión que me enternece (Tenías razón, los perros tienen expresión en su rostro) Aún su ladrido profundo retumba en las madrugadas cuando escucha un sonido extraño. Pero no sé por cuanto tiempo más.

Fasala




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