martes, octubre 05, 2010

Sound Beats in My Head


Recuerdo que solía pararme junto al estante de libros que mi papá tenía en su habitación y encender el mini componente negro Toshiba que estaba sobre el. Bad Medicine fue una canción clave para definir mi gusto por la música rock a la edad de 12 años. Pegando la oreja al parlante, le subía el volumen a esta canción imaginando ser un rebelde exitoso, encarnando por el tiempo de dure la canción a Bon Jovi. Ovación por doquier, ensimismado en el éxito ajeno.

En el colegio Cristo Rey de Cajamarca la mayoría de mis compañeros y amigos de años superiores ya  empezaban a fumar, a beber y a tener sus romances adolescentes.
Se inició asi la etapa de las fiestas en horario matiné, de 3 a 5 dentro de los estandares de tolerancia de los padres de ese entonces, las grandes juergas terminaban máximo 7.00 pm y corre a buscar un chiclets o un halls para maquillar el tufo con el riesgo de ser castigado ni bien colocaras un pie en la puerta de la casa.

ACDC, Iron Maiden, Guns 'n Roses, Poison y Jon Bon Jovi, fueron las bandas íconos de aquellos años. El Heavy Metal retumbaba las salas de las casas de los mas famosos estudiantes que podia albergar tan digno colegio a finales de los 80 e inicios de los 90. Lo recuerdo bien, porque en esos años llegaron, además, las primeras zapatillas importadas, como Converse, Reebok, Nike, Le coq sportif, todos los modelos para jugar basketball.

En Cristo Rey la gente fue rockera y las chicas del María de Nazaret al mejor estilo Cindy Lauper, se daban cita en los eventos sociales que, afortunadamente contaban con bebidas alcoholicas y cigarrillos, pero claro está, bocadillos para no salir tan afectados. Recuerdo las fiesta en los Baños del Inca, en casa de Ursula Solorzano, Favio, en los fundos de Maquena Zambrano, de Alexis Zevallos, de Fernado Valera, de Álvaro Flores o en casa de Jimena Chávez, Eduardo Rodrigo, Roberto Luna Victoria y demás gentita, como Alois Hilderandt, Nicolás Puga o Arno Ackermann.

Al heavy metal se le bajaba la intensidad con Cheap Trick, Milli Vanilli, Foreigner, Roxette, UB 40 y el primer quinteto base para los que en vida fueron Back Street Boys, THE NEW KIDS ON THE BLOCK. Gracias a ellos muchos tuvimos la oportunidad de saber lo que es tener entre brazos y manos, la cintura de una mujer y sentirle respirar o recostarse sobre nuestro hombro.
El que menos esperaba la serie de baladas para lanzarse sobre su presa. Los de mejor verso, conseguía una enamorada, el que no, una siguiente cita o la posibilidad de declararse, quien sabe ya no le acepten otro lento, eso, si los dueños de casa dejaban divertirnos a nuestras anchas.

Entre las bandas que acompañaron mi pubertad y de las cuales guardo buenos recuerdos sentado en un pub  llamado La Casita, fumando un cigarrillo y bebiendo coca cola, sin ser fanático figuran: The Pretenders, Eddie Brickell and The New Bohemians e INXS por mencionar algunas.

Hasta la próxima.
Fasala


 





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